Tengo un compañero, Luigi, que se casa el próximo 27 de julio. Antes de ser auxiliar de clínica ha sido (y es, eso nunca se pierde) cocinero. Era muy fácil... ¡había que preparar unas pizzas!
Y así he creado esta escena, en un pequeño cuadro para la cocina. Para que tenga un recuerdo mío allá en los mundos en los que acabe esa alma inquieta.
En la mesa tenemos los ingredientes apropiados: harina, aceite, salsa de tomate, levadura, mozzarela... espero no haber olvidado nada.
Y en la pared, el almanaque con una vista preciosa de la misma ciudad y una fecha marcada: 27 de julio, el día de su boda.
Os dejo, como siempre, algunos detalles.
Yo espero que ese sea un día muy feliz, que todo salga a pedir de boca, que su vida sea plena junto a Carolina y que se acuerde de esta compañera cuando vea esta escena hecha con mucho, mucho cariño.
¡Felicidades, Luigi! ¡Un beso muy grande!